Cada pareja es un mundo. Posee sus propios esquemas, características y ritmos. Con el tiempo algunas relaciones se deterioran, ¿es la consulta con un psicoterapeuta la solución?

Los cuentos de hadas son cuentos de hadas, y muchos veces el “vivieron felices por siempre” es una fantasía. En la vida real, las parejas se crean y se disuelven a diario. Se aman y se pelean. Se encuentran y se desencuentran. Se muestran afecto y se manifiestan rabia. Todo sucede casi de manera simultánea.

El mundo de dos seres que deciden estar juntos por un tiempo determinado, está lleno de matices, cambios, bondades, dulzuras, defectos, historias, pasado, malestar, dolor y amor.

Pareja es par. Y no es tener sino ser. Ser pareja tiene una implicación de respeto, consideración y responsabilidad. Uno se siente agradecido con la vida por haberse encontrado con esta persona”.

Cuando la relación marcha bien, las parejas se mantienen juntos y contentos, parece que no hay nada que modificar, la unión marcha sobre rieles. Cuando el ambiente cambia y comienzan ciertos roces o inconvenientes, la distancia se hace presente.

Y es, en estos segundos momentos, cuando alguna de las partes pronuncia la frase:

Necesitamos ir a terapia”.

En Terapia de Parejas busco mejorar la comunicación de la pareja trascendiendo el juego de quien tiene razón y quien tiene la culpa.

No me interesa la especulación, la interpretación o la categorización. Propongo evitar tratar de cambiar al otro y apreciar la diferencia que enriquece la pareja.

Facilitar el proceso, guiarlos y acompañarlos para reparar su relación si así lo deciden..